El diseño gráfico e impresión han evolucionado juntos a lo largo de la historia. Varios historiadores creen que el diseño gráfico surgió al mismo tiempo que la invención de la imprenta, sin embargo, otro grupo cree que eso no es del todo acertado si tenemos en cuenta que como humanos, siempre hemos tenido la necesidad de comunicarnos, siendo la pintura una de las primeras formas de comunicación gráfica.
Por un lado, puede argumentarse que las comunicaciones gráficas, con fines específicos, se remonta a las primeras pinturas rupestres aproximadamente en el 40.000 A.C. con figuras que representaban desde su vida diaria hasta diferentes rituales religiosos. Pero, por otra parte, es difícil creer que el método, flujos de trabajo y técnicas de diseño entre el hombre moderno y el hombre del paleolítico fueran siquiera un poco similares.
Debido a estos diferentes puntos de vista que hoy en día no existe consenso de cuando se creó el diseño gráfico, pero si se coincide en que, con la creación de la imprenta, sobre el sigo V D.C. en la antigua China, el diseño gráfico tomó mayor importancia y evolucionó drásticamente ya en el siglo XV de la mano del alemán Johannes Gutenberg y sus sistema de imprenta revolucionario. Un hito en la historia del diseño gráfico e impresión.
A partir de ese momento la comunicación visual se limitaba a la impresión de carteles con fines gubernamentales o religiosos, en la que participan dos profesionales: el dibujante y el impresor. Mientras el primero se encontraba formado en bellas artes y el segundo era considerado como artesano, su trabajo en conjunto permitió comunicar mensajes visuales de una forma rápida y efectiva.
Evolución Moderna del Diseño Gráfico e Impresión
Consecuentemente, con el paso del tiempo, estos carteles fueron evolucionando hasta convertirse en elementos necesarios para anunciar todo tipo de eventos, como podría ser una ópera, una obra de teatro o un festival.
A pesar de que ya en esta época, la tipografía y los elementos gráficos eran impresos de forma industrial en todo tipo de soportes, no fue sino hasta finales del siglo XVII que se comienza a diferenciar las artes aplicadas de las bellas artes y a considerarse el diseño gráfico como una profesión diferente.
Esta evolución del diseño gráfico, marcada por la adquisición de una identidad propia, sentó las bases para diversificación y especialización en el sector. Con el avance tecnológico y la expansión de la industria de la imprenta, el diseño gráfico se convirtió no solo en un arte, sino también en una herramienta esencial de la comunicación en el ámbito comercial y publicitario.
Sin embargo, esta expansión trajo consigo un fenómeno interesante: el intrusismo laboral. Con el auge de la tecnología y la facilidad de acceso a herramientas de diseño e impresión, comenzaron a surgir intervinientes no especializados que ofrecían servicios de diseño gráfico, muchas veces in la formación o el enfoque necesarios.
Esta situación se ve reflejada en dos tipos de servicios que coexisten actualmente en el mercado: por un lado, las imprentas que, enfocadas principalmente en la producción impresa, ofrecen servicios de diseño gráfico como un añadido para sus clientes; por otro lado, los diseñadores gráficos y publicistas profesionales que, conscientes del valor agregado de un diseño bien ejecutado, incluyen la impresión como parte de su oferta de servicios.
Impresores vs. Diseñadores Gráficos
Este panorama plantea un desafío para el cliente, que debe elegir entre la conveniencia de una solución rápida y económica, o la inversión en un diseño de calidad que realmente contribuya a sus objetivos comerciales, pero con un coste productivo mayor.
Es por esto, que la consideración del retorno de realizar dicha inversión, se vuelva un aspecto crucial. A menudo, los clientes no evalúan adecuadamente que una inversión inicial menor, aunque atractiva, puede resultar en una falta de resultados efectivos, haciendo que la inversión sea poco rentable a largo plazo. Por otro lado, una inversión mayor en un diseño de calidad puede ser más costosa inicialmente, pero si esto se traduce en el logro de sus metas de venta, la inversión se justifica plenamente, resultando en una mayor rentabilidad en el largo plazo.
Mientras que las imprentas priorizan la cantidad y la rapidez, a menudo a costa de la calidad y la eficacia comunicativa del diseño, los diseñadores gráficos profesionales buscan crear un producto que no solo sea estéticamente agradable, sino que también cumpla con objetivos de marketing y comunicación concretos.
La imprentas que ofrecen servicios de diseño, solo buscan satisfacer la necesidad inmediata del cliente de realizar un soporte impreso, sin considerar que el diseño realizado cumpla con su función comunicativa. De esta forma solo consiguen que el cliente realice la impresión de un mensaje confuso para el destinatario final del soporte impreso y que al no recibir la repercusión esperada terminen culpando al soporte publicitario de sus malos resultados.
Para evitar que esto suceda y que la inversión resulte rentable, es cuando entra en juego el papel del diseñador gráfico especializado en servicios de impresión y publicidad. El diseñador gráfico tendrá en cuenta diversos factores, dependiendo del tipo de empresa y el cliente potencial de la misma, para de esta forma desarrollar un diseño eficaz que garantice el éxito de la campaña.
Los profesionales que ofrecen servicios de diseño e impresión buscan establecer relaciones a largo plazo con sus clientes, basadas en la satisfacción y los resultados obtenidos. Por lo tanto, la elección entre diferentes proveedores no debería basarse únicamente en el precio, sino en la calidad del servicio proporcionado. A fin de cuentas, una inversión mayor en un servicio de alta calidad puede resultar más rentable a largo plazo.
Para ilustrar mejor la diferencia entre estos dos enfoques, consideremos algunos ejemplos prácticos. Imaginemos una pequeña empresa que necesita material publicitario. Si opta por una imprenta que también diseña, podría encontrarse con un diseño que, aunque rápido y económico, no logra captar la esencia de su marca ni comunicar efectivamente su mensaje. Esto podría resultar en una campaña de marketing que no genera el impacto deseado, llevando a una baja respuesta del público y una oportunidad perdida de aumentar su presencia en el mercado.
Por otro lado, si la misma empresa decide trabajar con un diseñador gráfico que también ofrece servicios de impresión, el proceso podría iniciar con una fase de consultoría donde se discuten a fondo los objetivos de la empresa, su mercado objetivo y su identidad de marca. El resultado sería un diseño personalizado y alineado con la estrategia de la empresa, que no solo luce profesional, sino que también comunica eficazmente su mensaje al público objetivo, aumentando potencialmente la efectividad de la campaña y el retorno de la inversión.
Decisiones de inversión en diseño gráfico e impresión
La elección entre una imprenta que diseña y un diseñador que imprime también tiene un impacto significativo en cómo los clientes perciben una marca. Un diseño bien pensado y ejecutado refleja profesionalismo y atención al detalle, atributos que los clientes a menudo asocian con la calidad de los servicios o productos de la empresa. En cambio, un diseño genérico o mal ejecutado puede dejar una impresión negativa, lo que afecta la percepción de la marca y su credibilidad en el mercado.
Un buen diseño no solo debe cumplir con una cuestión de estética; es una herramienta poderosa para comunicar ideas y mensajes. En el mundo del marketing y la publicidad, donde captar la atención del consumidor es esencial, el diseño juega un papel crucial. La colaboración efectiva entre empresa y diseñador es crucial para que el mensaje llegue de manera óptima al destinatario.
Es por este motivo, que as empresas deben comprender que el diseño debe apelar a los gustos y necesidades de sus clientes potenciales, respetando al mismo tiempo los valores, la identidad y las directrices de la empresa. Además, mediante el uso de colores llamativos, imágenes impactantes y una jerarquía visual clara, un diseño efectivo puede hacer que un soporte impreso destaque frente al de la competencia.
Por otro lado, el diseño gráfico es un elemento fundamental en la construcción y el mantenimiento de la identidad visual de una marca. Una identidad visual fuerte y distintiva ayuda a una marca a destacarse en un mercado saturado y a ser reconocible instantáneamente para los consumidores. Elementos como el logotipo, la paleta de colores, la tipografía y las imágenes utilizadas deben ser cuidadosamente elegidos para reflejar los valores y la personalidad de la marca.
No se trata solo de ser visto, se trata de ser recordado. Un diseño bien ejecutado puede crear una impresión duradera en la mente del consumidor, haciendo que el mensaje de la marca sea más memorable.
Coherencia visual en el Marketing Impreso
La elección del color y la tipografía en el diseño gráfico no es arbitraria, sino que debe ser una decisión estratégica que puede influir significativamente en cómo el consumidor percibe un mensaje. Los colores tienen la capacidad de evocar emociones y sentimientos específicos.
Por ejemplo, el rojo puede generar sensaciones de pasión y urgencia, mientras que el azul puede transmitir confianza y serenidad. La tipografía también juega un papel vital; puede reforzar el tono del mensaje y la personalidad de la marca.
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Una tipografía elegante y sofisticada puede dar una impresión de lujo, mientras que una tipografía más robusta y sólida puede comunicar fuerza y fiabilidad. La combinación correcta de color y tipografía puede mejorar la comprensión y la retención del mensaje, y motivar al consumidor a tomar una acción específica.
Además, el diseño gráfico no solo afecta cómo se ve un producto o servicio, sino también cómo se siente acerca de él. Un diseño atractivo y coherente puede crear una conexión emocional con el consumidor, influenciando su percepción de la marca y sus decisiones de compra.
La coherencia visual en todos los materiales de marketing es crucial para reforzar el reconocimiento y la lealtad de la marca. Cuando todos los elementos de diseño gráfico e impresión de una marca se utilizan de manera consistente en diferentes plataformas y medios, desde la publicidad impresa hasta las redes sociales y el sitio web, se crea una imagen de marca unificada.
Esta coherencia asegura que los consumidores puedan identificar fácilmente la marca, independientemente del contexto. Además, fortalece la asociación entre la marca y sus valores en la mente del consumidor.
Finalmente, en la publicidad, un diseño creativo y resonante puede comunicar efectivamente los valores de la marca y resaltar los beneficios del producto, llevando al consumidor a través del viaje de compra desde el conocimiento hasta la consideración y, finalmente, la compra.
En conclusión, en el ámbito del diseño gráfico e impresión, el enfoque no debe centrarse en la idea de lo ‘bueno, bonito y barato’, sino en lo ‘adecuado, atractivo y ajustado’ a las necesidades específicas de la empresa y su audiencia.